¡Pero si es una lavanda!... Hola, lavanda, me encanta tu bufanda.
Si te parece bien, te voy a cuidar a partir de ahora
para que cuando llegues a grande, tú me cuides a mí.
Primero, con esta azada tan pequeñita te voy a mullir el suelo
y de segundo, te voy a acolchar con bien de todo para que no te falte de nada:
tu capa de higos para que las lombrices vengan a peinarte las raíces,
tu capa de hojas de coliflor, repollo y lombarda por la cosa del nitrógeno que tanto te gusta,
tu capa de claveles chinos bien troceados para que te hagan de insecticida,
tu capa de hierba gallinácea para que forme tortitas de humus,
y como capa final, hojas de higuera dispuestas de manera virguera.
¡Me gustaría tanto ser un coleóptero cuando llegue la primavera y zambullirme en tu polen!
Mientras llega el momento, me deleitaré pensando
en las propiedades organolépticas de tus infusiones,
y si estás de acuerdo, y la idea te entusiasma enormemente,
desde la raíz hasta el último pétalo,
haré un jaboncito con tus flores
para que cuando me bañe con el patito también te bañes conmigo.
Aromático jabón de lavanda |