De la inviolabilidad del dictador, a la inviolabilidad del rey.
De curar enfermedades como el sarampión, a crear otras nuevas como la fibromialgia.
De la universidad dirigida ideológicamente, a la universidad dirigida empresarialmente.
Del estraperlo, a extraerlo directamente del Monte de Piedad de Madrid.
De devaluar la peseta para favorecer las exportaciones, a rebajar los sueldos para favorecer la competitividad.
De la mala alimentación por escasa, a la mala alimentación por exceso de grasas poliascosaturadas.
De a la vuelta lo venden tinto, a la hipoteca que me aprieta el cinto.
De la moneda única después de trabajar de sol a sol, a la moneda única que Bruselas parió.
De coger las colillas del suelo para poder fumar, a tirar las colillas al suelo como hacía don Fulano de Tal.
Del chabolismo, a las urbanizaciones a medio terminar.
En fin, de querer cambiar el planeta, a querer cambiar de planeta.
(Dicen que ya están poniendo a la venta cuadrículas en Satúrpiter, y que a los 500 primeros propietarios terrícolas les van a regalar una cómoda escafandra y una práctica aspiradora para limpiar el polvo cósmico, que por lo visto se cuela por la más mínima rendija).
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