Don Inodoro el del colmillo de oro, sí, hombre, el dicharachero director de sucursal de la caja de ahorros, ese con el que todos los paisanos decían llevarse bien, recibió un día un correo electrónico envenenado que decía así:
DE: Director general de la caja de ahorros.
PARA: Don Inodoro.
TEXTO: Si quieres seguir trabajando con nosotros, tienes que vender estos paquetes de acciones preferentes como sea.
Y eso hizo. Según fueron llegando los paisanos por la oficina, les fue colocando una cruz preferente.
....
¿Qué podemos decir de don Inodoro?
Solo una cosa: don Inodoro fue una víctima que sucumbió
ante el empuje del lado oscuro de la fuerza.
Pudo haber desobedecido a su jefe,
pero prefirió traicionar la confianza
que los paisanos habían depositado en él.
¿Qué podemos decir de los paisanos?
Solo una cosa: los paisanos son víctimas que sucumbieron
ante el empuje del lado ingenuo de la fuerza
desde el momento en que depositaron en Don Ino
toda la confianza que se negaron los unos a los otros como vecinos.
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