Estoy en el INEM haciendo las gestiones oportunas para darme de alta como carne de orfeón, cuando en un momento de la conversación le pregunto al amable funcionario que me atiende si, por casualidad, sabe si alguien con mi historial penitenciario tiene derecho a recibir algún tipo de prestación.
-Pues no lo sé, eso lo llevan los compañeros de prestaciones de aquí al lado.
Entonces hago un minigesto con la cabeza hacia la derecha y veo a un hombre de pie, mirando por la ventana como el que va por la calle cantando bajo la lluvia. Debuti, pienso, ideal para pillarlo por banda ahora que no está haciendo nada y que me aclare el tema de la prestación del tirón. Y justo cuando voy a levantarme para abordarle, el amable que me atiende me suelta la bomba sistémica:
-Perdona, tienes que pedir cita previa en este teléfono para que te atiendan.
-¡No jodas! Pero si está ahí sin hacer nada.
-Es lo que hay, campeón.
-Pues entonces, con subcampeón me vale.
-Como quieras, medalla de bronce...
El sistema es algo así, un teléfono al que hay que llamar para que te atienda alguien que está ahí sin hacer nada. Cualquier cosa con tal de impedir que podamos resolver las cosas face to face y que el reparto sea fifty-fifty.
No hay comentarios:
Publicar un comentario