Una montaña de hojas
que atrapa el rocío,
que atrapa la sombra,
que deja escapar la luz del sol.
Una montaña de hojas
que se descompone con las estaciones,
y que yo remuevo despacio
cuando tengo cosas urgentes que hacer.
Una montaña de hojas como tierra mullida,
para que un día solo tenga que tumbarme
para formar parte de ella.
Y ser ligero, como le gusta al viento.
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