sábado, 4 de noviembre de 2023

El que quiera naturaleza, que la pague


Es curioso que la naturaleza no necesitara dinero para desarrollarse y crear todo lo necesario para la vida de tantísimas especies y, ahora, su existencia, tal como la conocemos, dependa de la inversión de capital.

También es curiosa la expresión en sí misma: el que quiera naturaleza, que la pague. ¡Como si fuera un capricho! ¡Como si fuese otro producto más, sujeto a las reglas del mercado!

Somos y necesitamos naturaleza. No podemos pagar por algo que ya somos, porque entonces nos convertimos en avatares de nosotros mismos. Como tampoco podemos pagar por necesidades que ya cubre la naturaleza, porque entonces acabamos pagando por sucedáneos y bisutería.


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