Con diez contenedores por banda, a toda máquina el motor, un enorme buque mercante salió de un puerto del mar de la China cargado de bisutería, con la misión inapelable de transportarlo hasta el puerto seco de la península de Cabo Colleja.
Es un hito de la ingeniería naval, diseñado para que nunca se hunda y pueda transportar con seguridad mercancías, que con total seguridad, acabarán en el mar.
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