sábado, 17 de agosto de 2024

Los buitres me dieron una gran alegría

 

No fueron los buitres los que me tiraron al suelo. Ellos estaban dando sus perivueltas en el cielo. Fui yo el que tropezó fatalmente con la piedra, porque tenía la cabeza en otro sitio.

Luego sí, luego ya tendido de aquella manera se acercaron a mí a meter la cuchara. "Eres un banquete", me dijeron. Nunca me lo habían dicho y me puse muy contento al oír semejante piropo. Entonces, me relajé del todo y les di las gracias como se debe a tan nobles criaturas: "Comed, cabrones, poneos a gusto".

(Y si nos tienen que comer los buitres, que coman magro, no transgénicos, ni microchips integrados ni porquería de esa.)



domingo, 11 de agosto de 2024

Las botas y el zapatero

 

Me hacen falta unas botas para todo. En Ropa Laboral Benji tienen unas por 20 pavos que me podrían  valer, y en Ropa Laboral Hermanos Robles tienen unas mejores por 38.

Benji venden artículos importados de la otra parte del mundo, mientras que los Robles brothers lo traen de un pueblo hermano no demasiado lejano.

Mi conciencia me aconseja comprarle las botas a los Robles, pero, por si acaso, me doy una vuelta por el bolsillo para oír a todas las partes en conflicto.

Entonces sí, una vez oídas a todas las partes me queda claro que lo mejor será acercarse al zapatero y que les haga el penúltimo remiendo.

martes, 6 de agosto de 2024

Los bañistas y su estela de Prestige


Es una tarde calurosa de verano. Los bañistas se embadurnan de crema protectora antes, durante y después de bañarse en la charca, como si quisieran dejar su estela de Prestige.

Pero no puedes proteger tu piel con un producto que degrada el agua que te hidrata, porque entonces te quedas sin piel y sin agua.

Es una tarde calurosa de verano, ideal para sentarte a la sombra de un árbol que plantaste en el monte hace diez años y refrescarte en las fuentes que hay por el camino.