martes, 3 de septiembre de 2024

El milagro del agua

 

Mi vecino tiene abundante agua en su finca. Yo no tengo agua en la que ni siquiera es mía.

Él riega tirando de manguera mientras canta La Traviata. Yo riego con un botellín de cerveza, del que echo dos a primerísima hora de la mañana a cada planta, atento a no pasarme para que ninguna se quede sin su bebida preferida.

Él no se puede cortar y encharca la huerta. La abundancia le hace bajar la guardia. Yo acolcho la tierra para retener humedad y protegerla del sol. No me queda otra que hacer de la necesidad, virtud.

Para él, la cosecha siempre es buena o mala. Para mí, siempre es un milagro.

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